lunes, 23 de enero de 2012

Hormigón, la solución contra los “surfistas de trenes” en Indonesia

Hormigón, la solución contra los “surfistas de trenes” en Indonesia


El peligro en Indonesia es una cuestión diaria: miles de personas viajan sobre los techos de unos trenes en los que no cabe un alfiler. La última solución que se determinó es colgar bolas de hormigón a la altura del techo de los vagones.

Cada vez que Adi Supriyadi viaja desde su casa, al sur de Yakarta, a la capital de Indonesia para trabajar pone en peligro su vida. Porque en vez de entrar en los vagones abarrotados, viaja encima del techo del tren, como otros miles de viajeros.

Este camarero de 20 años de edad es consciente de sus riesgos. “He visto como un compañero de viaje perdió la vida por una descarga eléctrica”, explicó después de saltar del techo de un vagón y caer en la estación de Manggarai. Pero no hay otra alternativa: “Si llego tarde, pierdo mi trabajo”.

Cada mes mueren al menos dos personas por descargas eléctricas o caídas en los trenes, según datos de la empresa ferroviaria estatal PT Kereta Api. Por ello, desde hace tiempo la empresa busca el modo de disuadir a la gente de este peligroso hábito.

Se pintaron los tejados de los vagones con pintura roja, se rociaron con material de deslizamiento, se esparcieron clavos y alambre de espino. Pero nada tuvo éxito.

Ahora, la empresa ferroviaria Kereta Api decidió innovar: las bolas de hormigón deben disuadir, pensaron. Los obstáculos, de tres kilogramos, cuelgan de las cadenas de un andamio hacia abajo y casi tocan los techos de los vagones.

Por ahora sólo se han colocado en la ruta entre Yakarta y el barrio periférico del este Bekasi.

Los activistas de derechos humanos protestaron contra las medidas tomadas. “Los estudiantes encima de los techos de los trenes deben contar con que pueden ser asesinados por las bolas de hormigón”, dijo el portavoz nacional de la comisión de derechos humanos, Yosef Adi Prasetyo, al periódico “Yakarta Globe”.

Algunos de los “surfistas de trenes” no pueden pagar el precio de los billetes, mientras que otros simplemente quieren evitar los vagones repletos de gente. Y muy pocos ven alguna solución al problema.
“Mientras que no haya trenes suficientes y los pasajeros vayan como sardinas en lata, la gente viajará en los techos”, aseguró Supriyadi. “Además”, dijo guiñando un ojo, “allí es mejor porque podemos respirar el aire”.

La red ferroviaria indonesa, que sigue siendo en gran medida de la época colonial holandesa, está machacada y es propensa a las averías y accidentes.

Por contra, en Yakarta, una ciudad con diez millones de habitantes, hay un buen funcionamiento del transporte público. La empresa aseguró que está haciendo un esfuerzo para eliminar los trenes anticuados y mejorar las conexiones y prevé que este año se introduzcan 160 trenes nuevos en la ruta entre Yakarta y Bogor.

Sin embargo, Supriyadi está convencido de que la bolas de hormigón están condenadas al fracaso. Ya rompieron las barreras de plástico que pusieron anteriormente, recuerda el camarero de 20 años.

La compañía considera su nueva táctica todo un éxito y ya trabaja en nuevos métodos para las rutas donde no se pueden utilizar las bolas de hormigón.

“No importa cual es la excusa: viajar en el techo es ilegal”, aseguró el portavoz de la empresa, Mateta Rizalulhaq. Recientemente la compañía había advertido de esta práctica con un vídeo y pidió a los líderes religiosos que también lo utilizaran.

La policía debe actuar con más dureza, se pide desde la empresa. A pesar de que se amenaza a los “surfistas” con sanciones que van desde tres meses de prisión hasta multas de 15 millones de rupias (1.664 dólares), en raras ocasiones fueron impuestas.
Vía DPA

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